La monarquía absoluta es una forma de gobierno en la que el monarca (lleve el título de rey, emperador, zar o cualquier otro) ostenta el poder absoluto. No existe en ella división de poderes (ejecutivo, legislativo y judicial). Aunque la administración de la justicia pueda tener una autonomía relativa en relación al rey, o existan instituciones parlamentarias, el monarca absoluto puede cambiar las decisiones o dictámenes de los tribunales en última instancia o reformar las leyes a su voluntad (La palabra del rey es ley). Nombra y retira a sus asistentes en el gobierno a su voluntad. La unidad de todos los poderes suele considerarse justificada por considerar que la fuente del poder es Dios y que los monarcas ejercen la soberanía por derecho divino de los reyes. No hay mecanismos por los que el soberano (que no reconoce superiores) responda por sus actos, si no es ante Dios mismo
Una sociedad estamental
Una sociedad estamental es aquella organizada en estamentos. En la del Antiguo Régimen éstos constituían grupos cerrados a los que se accedía fundamentalmente por nacimiento. Aunque podía haber alguna escasa posibilidad de trasvase de uno a otro grupo (ennoblecimiento por méritos, compra, etc), lo que caracterizaba esa sociedad eran la estabilidad y la inercia. A diferencia de la capitalista, dividida en grupos en función de su riqueza y, por tanto más variable
La nobleza era uno de los tres estamentos medievales y del Antiguo Régimen, junto con el clero y el tercer estado. Su carácter preponderante fue prácticamente abolido en la esfera política, ante la ausencia de legitimidad de su dominio, frente a los argumentos ilustrados. En el ámbito social su influencia se mantuvo, aun después de las revoluciones burguesas y proletarias, no obstante las permanentes presiones por eliminar una distinción introducida entre seres humanos esencialmente iguales.
Clero es el nombre colectivo que engloba de forma general a los que han sido ordenados en el servicio religioso, sacerdotes y diáconos. El nombre individual es clérigo.
